Qué es Desarrollo comunitario para la sostenibilidad

El concepto de sostenibilidad ha cobrado importancia en las últimas décadas, enfatizando la necesidad de crear comunidades que sean resistentes, resilientes y autosuficientes. En este contexto, el desarrollo comunitario emerge como una estrategia esencial para alcanzar la sostenibilidad a nivel local. A continuación, se explorará en detalle el desarrollo comunitario y su relación con la sostenibilidad.

Etimología de desarrollo comunitario

Para abordar el concepto, es relevante desglosar y aboradar tanto las dos palabras que la componen, como su relación desde una perspectiva etimológica.

Desarrollo proviene del latín dis- (separación o negación) y arrollar (enrollar o envolver). Etimológicamente, desarrollo implica “desenrollar” o “desplegar”, lo que alude a un proceso de expansión, crecimiento o evolución. En términos generales, el desarrollo sugiere movimiento hacia adelante, progreso, o avance.

Comunidad, por su parte, proviene del latín communitas, que se deriva de com- (junto) y munus (obligación, deber, cargo). Así, comunidad se refiere a un grupo de personas que comparten deberes, responsabilidades y un sentido de pertenencia, organizándose en torno a intereses, valores o metas comunes.

Al unir ambos términos, desarrollo comunitario puede entenderse, etimológicamente, como el proceso de «desenrollar» o «desplegar» el potencial de una comunidad para avanzar colectivamente hacia objetivos compartidos, mejorando las condiciones de vida y fortaleciendo sus estructuras internas.

¿Qué es el desarrollo comunitario?

El desarrollo comunitario puede entenderse como un proceso intencionado y participativo en el que las personas que forman parte de una comunidad trabajan juntas para identificar y abordar sus necesidades, intereses y aspiraciones comunes. Este proceso implica no solo la mejora de las condiciones materiales, sino también el fortalecimiento de las relaciones sociales, la participación activa, y el empoderamiento colectivo.

Promover el desarrollo comunitario es una práctica que busca potenciar la capacidad y habilidades de la comunidad para que esta pueda cambiar su propia realidad. A través de este enfoque, las personas se convierten en protagonistas activos de su desarrollo, en lugar de ser meros beneficiarios de intervenciones externas.

Aproximaciones de distsintos autores al desarrollo comunitario

Aspectos socioculturales:
Desde la obra de Etzioni (1993), el desarrollo comunitario está profundamente vinculado a la interacción social dentro de un marco de derechos y responsabilidades compartidas. Se trata de un equilibrio en el que los individuos se benefician del bienestar de la comunidad, mientras que contribuyen activamente a su fortalecimiento.

El sentido de pertenencia y cohesión social:
Para Block (2008), el desarrollo comunitario depende de un fuerte sentido de pertenencia. Este sentido de pertenencia se crea cuando los miembros de la comunidad sienten que sus voces son escuchadas y que sus necesidades son reconocidas. El desarrollo comunitario, entonces, también implica la creación de espacios donde las personas puedan construir relaciones significativas y sentirse conectadas emocionalmente con su comunidad.

El capital social y la participación cívica:
Putnam (2000) enfatiza el capital social como un recurso crucial para el desarrollo comunitario. La interacción regular, la confianza mutua y las redes sociales dentro de una comunidad son las bases para la cooperación y el desarrollo. Según Putnam, el capital social no solo fortalece las comunidades, sino que es esencial para su supervivencia a largo plazo.

Comunidades de práctica y conocimiento compartido:
Wenger (1998) introduce el concepto de comunidades de práctica, donde el desarrollo comunitario no se limita a la mejora material, sino que también abarca el crecimiento intelectual y el intercambio de conocimientos. Las comunidades de práctica permiten que las personas aprendan colectivamente y, al hacerlo, contribuyan al desarrollo tanto individual como comunitario.

Diversidad y conflicto:
Shaw (2008) destaca que las comunidades no son homogéneas, y que los conflictos y diferencias son parte natural de su desarrollo. El desarrollo comunitario incluye la capacidad de gestionar las tensiones internas y aprovechar la diversidad como una fuente de innovación y cohesión social.

Cooperación y redes sociales:
Gilchrist (2009) resalta el papel de las redes sociales en el desarrollo comunitario. Las conexiones entre personas, tanto dentro como fuera de la comunidad, facilitan la circulación de ideas, recursos y apoyo, lo que a su vez fortalece el desarrollo a largo plazo. La cooperación es fundamental no solo para el éxito de proyectos concretos, sino también para el fortalecimiento de la resiliencia comunitaria.

Búsqueda de seguridad y sentido en la comunidad:
Bauman (2001) reflexiona sobre el deseo humano de formar comunidades como un mecanismo de seguridad en un mundo fragmentado e incierto. El desarrollo comunitario, desde esta perspectiva, es un proceso en el que las personas buscan construir espacios de confianza y pertenencia que contrarresten las fuerzas de individualización y alienación propias de la modernidad.

¿Por qué promover el desarrollo comunitario?

Promover el desarrollo comunitario, desde abordado desde un enfoque de desarrollo integral no se limita únicamente a los aspectos sociológicos del «ser comunidad», sino que busca un desarrollo holístico, considerando aspectos sociales, económicos, culturales y medioambientales para el bienestar colectivo y la sostenibilidad a largo plazo. Algunas razones clave para fomentar el desarrollo comunitario incluyen el empoderamiento y la autonomía local, el fortalecimiento del tejido social, la reducción de la pobreza y mejora de calidad de vida, el sentido de pertenencia, equidad, resiliencia y capacidad para respuesta ante emergencias y crisis.

1. Empoderamiento y autonomía local

El desarrollo comunitario promueve la participación activa de los miembros de la comunidad en la toma de decisiones que afectan sus vidas. Esto lleva al empoderamiento, donde las personas adquieren las habilidades, los conocimientos y la confianza necesarios para tomar el control de su propio desarrollo. Según el enfoque de Wenger (1998), las comunidades no solo gestionan sus recursos, sino que también generan conocimiento colectivo, lo que les permite adaptarse mejor a los cambios y desafíos.

Beneficios:

  • Fortalecimiento de la capacidad de auto-gestión.
  • Mayor sentido de autonomía y propiedad sobre los procesos de desarrollo.
  • Reducción de la dependencia de actores externos.

2. Fortalecimiento del tejido social

El desarrollo comunitario fortalece el capital social mediante la creación de redes de confianza y apoyo mutuo entre los miembros de la comunidad. Putnam (2000) destaca cómo las comunidades con redes sociales sólidas son más resilientes y pueden enfrentar mejor las crisis y desafíos. Al promover la cooperación y la interacción, el desarrollo comunitario crea un ambiente en el que las personas se sienten conectadas y apoyadas.

Beneficios:

  • Reducción del aislamiento social.
  • Fomento de la solidaridad y la cooperación.
  • Creación de un ambiente más inclusivo y cohesionado.

3. Reducción de la pobreza y mejora de la calidad de vida

El desarrollo comunitario es una herramienta poderosa para abordar la desigualdad y mejorar las condiciones de vida. Mediante el uso de un enfoque basado en activos, como el propuesto por McKnight & Kretzmann (1996), las comunidades pueden identificar y movilizar sus propios recursos y capacidades, lo que facilita la creación de soluciones adaptadas a sus necesidades específicas.

Beneficios:

  • Incremento en el acceso a oportunidades económicas, educativas y sociales.
  • Desarrollo de infraestructura y servicios comunitarios esenciales.
  • Creación de empleos y mejora en los niveles de ingresos locales.

4. Fomento de la cohesión y el sentido de pertenencia

El sentido de comunidad, según McMillan & Chavis (1986), es fundamental para que las personas se sientan seguras y valoradas dentro de su entorno. El desarrollo comunitario crea un espacio donde las personas pueden construir relaciones significativas, encontrar apoyo y participar en actividades colectivas que refuercen el sentido de identidad y pertenencia.

Beneficios:

  • Mejora de la salud mental y emocional de los individuos.
  • Aumento de la participación ciudadana en asuntos locales.
  • Mayor sentido de propósito compartido y responsabilidad colectiva.

5. Sostenibilidad y resiliencia a largo plazo

El desarrollo comunitario promueve una gestión más sostenible de los recursos locales, al involucrar a la comunidad en la planificación y ejecución de proyectos que consideran las dimensiones sociales, económicas y ambientales. Según Bauman (2001), las comunidades son refugios en tiempos de incertidumbre, y su resiliencia depende de su capacidad para adaptarse a las condiciones cambiantes.

Beneficios:

  • Mejor uso y conservación de los recursos naturales.
  • Mayor capacidad para enfrentar desafíos como el cambio climático y la crisis económica.
  • Creación de sistemas locales más autosuficientes y sostenibles.

6. Fomento de la equidad y la justicia social

El desarrollo comunitario incluye la promoción de la equidad al dar voz a grupos marginados o excluidos, permitiendo que todas las personas, independientemente de su origen social, raza, género o estatus económico, participen en la vida comunitaria. Shaw (2008) señala que el desarrollo comunitario debe reconocer las tensiones y conflictos dentro de las comunidades para construir una sociedad más justa.

Beneficios:

  • Inclusión de grupos minoritarios o vulnerables en los procesos de toma de decisiones.
  • Reducción de las desigualdades sociales y económicas.
  • Creación de espacios seguros y equitativos para el diálogo y la cooperación.

7. Incremento de la capacidad de respuesta ante crisis

El desarrollo comunitario, al fomentar la participación y fortalecer las redes sociales, mejora la capacidad de las comunidades para responder y recuperarse de crisis, ya sean económicas, ambientales o sociales. Las comunidades bien organizadas pueden movilizar recursos más rápidamente y colaborar para mitigar los impactos negativos.

Beneficios:

  • Mayor capacidad de adaptación frente a desastres naturales o crisis económicas.
  • Resiliencia ante la volatilidad y cambios externos.
  • Mejora en la capacidad de recuperación y reconstrucción comunitaria.

Estrategias para el desarrollo comunitario

Participación activa: Es esencial que la comunidad esté involucrada en cada etapa del proceso, desde la identificación de problemas hasta la implementación y evaluación de soluciones.

Formación y capacitación: Para que las comunidades puedan tomar decisiones informadas, es crucial ofrecer formación y capacitación en áreas relevantes, como gestión de proyectos, liderazgo y habilidades técnicas. Visita el Campus digital idyd para ver nuestra oferta de cursos en desarrollo comunitario.

Alianzas estratégicas: Establecer alianzas con organizaciones, gobiernos y empresas puede potenciar los esfuerzos de desarrollo comunitario, brindando recursos, experiencia y visibilidad.

Evaluación y retroalimentación: Es fundamental evaluar regularmente los proyectos y actividades para aprender de los errores y adaptar las estrategias según las necesidades.

Componentes clave para implementar proyectos de desarrollo comunitario

Aunque cada proceso de desarrollo comunitario es distinto y debe abordarse de forma estratética considerando las características y necesidades de cada comunidad, existen algunos componentes identificados como clave para implementar proyectos en este sentido, entre los que destacan la planificación estratégica y gestión de proyectos, participación e inclusión, desarrollo de capacidades, el fortalecimiento del capital social, y mantener un enfoque hacia la sostenibilidad y resiliencia.

1. Planificación estratégica y gestión de proyectos

La planificación estratégica y gestión de proyectos es el componente que proporciona estructura y dirección al desarrollo comunitario. Se refiere a cómo la comunidad diseña, implementa, monitorea y evalúa sus proyectos para asegurarse de que cumplan con los objetivos y se ajusten a las capacidades y recursos disponibles.

Aspectos clave:

  • Diagnóstico participativo: Realizar una evaluación integral de las necesidades, activos y oportunidades de la comunidad, asegurándose de que el plan de acción esté alineado con las prioridades locales.
  • Definición de objetivos claros: Establecer metas realistas y alcanzables, a corto, mediano y largo plazo, que guíen los esfuerzos de desarrollo comunitario.
  • Monitoreo y evaluación continua: Implementar mecanismos de seguimiento que permitan medir el progreso, identificar problemas y ajustar las estrategias según sea necesario.
  • Promoción de la innovación: Fomentar soluciones creativas y enfoques innovadores que puedan responder a los desafíos emergentes.

Este componente garantiza que el desarrollo comunitario esté bien organizado, se base en datos y sea flexible para adaptarse a nuevas condiciones.

2. Participación e inclusión comunitaria

La participación e inclusión comunitaria es fundamental para garantizar que todas las personas que forman parte de la comunidad tengan voz en los procesos de toma de decisiones y se sientan parte activa del cambio. Este componente asegura que la comunidad no solo participe, sino que lo haga de forma equitativa y representativa, promoviendo la diversidad y la inclusión.

Aspectos clave:

  • Participación activa: Facilitar que todos los miembros de la comunidad, especialmente los más vulnerables, participen en los procesos de decisión.
  • Inclusión social: Garantizar la equidad de género, la inclusión de grupos marginados, y la representación adecuada de todas las voces, incluyendo jóvenes, ancianos y personas con discapacidades.
  • Procesos colaborativos: Establecer espacios de diálogo y consenso que promuevan la cooperación en la comunidad.

Este componente asegura que el desarrollo comunitario sea inclusivo y representativo, abordando las diversas necesidades y perspectivas de la comunidad.

3. Empoderamiento y desarrollo de capacidades

El empoderamiento y desarrollo de capacidades se refiere a dotar a los miembros de la comunidad con las herramientas, conocimientos y habilidades necesarias para liderar su propio desarrollo. No basta con que la comunidad participe; es esencial que sus miembros tengan la capacidad de influir en los resultados y de gestionar los recursos.

Aspectos clave:

  • Fortalecimiento de habilidades: Proporcionar capacitación técnica, educación y oportunidades de aprendizaje que permitan a la comunidad gestionar sus proyectos y recursos.
  • Empoderamiento individual y colectivo: Crear un sentido de control sobre el desarrollo, donde la comunidad sea capaz de tomar decisiones informadas y autónomas.
  • Desarrollo de liderazgo local: Identificar y formar líderes dentro de la comunidad que puedan guiar y movilizar a los demás.

Este componente permite que la comunidad tenga la capacidad y confianza para impulsar y gestionar su propio desarrollo, fomentando la autonomía local.

4. Fortalecimiento del capital social y cohesión comunitaria

El capital social y cohesión comunitaria son esenciales para crear una red de apoyo y cooperación dentro de la comunidad. Se refiere a las relaciones de confianza y reciprocidad entre los miembros, que son clave para el éxito de cualquier iniciativa comunitaria.

Aspectos clave:

  • Fomento de redes de confianza: Construir relaciones sólidas entre los miembros de la comunidad, basadas en la confianza mutua, la solidaridad y la colaboración.
  • Conexiones externas: Establecer redes con actores externos, como ONG, gobiernos y empresas, que puedan proporcionar recursos, conocimientos o apoyo.
  • Cohesión social: Crear un sentido de pertenencia y unidad dentro de la comunidad, reforzando el compromiso colectivo con los objetivos de desarrollo.

Este componente asegura que la comunidad esté conectada internamente y pueda movilizarse rápidamente para enfrentar desafíos o aprovechar oportunidades.

5. Orientación hacia la sostenibilidad y resiliencia

El desarrollo comunitario debe ser sostenible y resiliente, es decir, capaz de perdurar en el tiempo sin agotar los recursos y de adaptarse a cambios o crisis. Este componente se centra en cómo las comunidades pueden gestionar sus recursos naturales, humanos y económicos de manera responsable, mientras se preparan para enfrentar desafíos futuros.

Aspectos clave:

  • Gestión sostenible de recursos: Promover el uso responsable de los recursos naturales y sociales para asegurar que las futuras generaciones también puedan beneficiarse de ellos.
  • Resiliencia ante crisis: Desarrollar capacidades que permitan a la comunidad enfrentar y recuperarse de crisis económicas, sociales o ambientales, como el cambio climático o desastres naturales.
  • Adaptabilidad: Crear una comunidad flexible y capaz de ajustar sus estrategias de desarrollo frente a condiciones cambiantes.

Este componente es crucial para garantizar que el desarrollo no sea temporal o insostenible, sino que esté diseñado para perdurar y adaptarse.

Roles y características deseables de las organizaciones comunitarias

Para asegurar los mejores resultados en los procesos de desarrollo comunitario, es fundamental que estos sean gestionados preferentemente desde las propias organizaciones comunitarias o, al menos, tomando en cuenta su participación activa en cada etapa. De esta manera, se promueve no solo el éxito de los proyectos, sino también el fortalecimiento de las organizaciones, dependiendo de su nivel de desarrollo organizacional. Desde aquellas que ya cuentan con estructuras formales, políticas y procedimientos claros, hasta los grupos más informales, es esencial trabajar en sintonía con su realidad y capacidades. En el caso de grupos informales, la colaboración debe enfocarse en sentar las bases hacia el establecimiento o fortalecimiento de organizaciones que desarrollen competencias y estructuras necesarias para gestionar procesos de desarrollo local de manera efectiva. Este enfoque inclusivo asegura que el desarrollo sea apropiado para las realidades locales, sostenible a largo plazo y adaptable a las necesidades de la comunidad.

Entre las características deseables de las organizaciones comunitarias, destacan la existencia de una visión compartida y estratégica, el liderazgo inclusivo y participativo, capacidad de gestión, transparencia y rendición de cuentas, la resiliencia y adaptabilidad al cambio y una cultura de colaboración interna y externa.

1. Visión compartida y estratégica

Una organización comunitaria debe tener una visión clara y compartida entre todos los miembros, que guíe sus acciones y proyectos hacia objetivos comunes. Esta visión debe ser estratégica, teniendo en cuenta las oportunidades y desafíos a largo plazo para la comunidad.

2. Liderazgo inclusivo y participativo

El liderazgo en estas organizaciones debe ser inclusivo, asegurando que se escuchen las voces y necesidades de todos los miembros de la comunidad. Los líderes deben fomentar un ambiente de participación activa y equitativa, promoviendo que las decisiones reflejen el consenso comunitario.

3. Capacidad de gestión y planificación

Una organización comunitaria también debe tener capacidad de gestión, lo que incluye habilidades organizativas, planificación estratégica y capacidad de monitorear y evaluar proyectos de manera efectiva. Esto asegura que la visión compartida se traduzca en acciones concretas y bien ejecutadas.

4. Transparencia y rendición de cuentas

La transparencia es fundamental para que las organizaciones comunitarias mantengan la confianza de sus miembros. Todas las decisiones, el manejo de recursos y las actividades deben ser accesibles y comprensibles para todos, garantizando una rendición de cuentas continua.

5. Resiliencia y adaptabilidad

La resiliencia es clave para que las organizaciones puedan enfrentar cambios y desafíos. Esto incluye la capacidad de adaptarse, aprender de las adversidades y ajustar las estrategias según sea necesario para seguir avanzando en sus objetivos.

6. Colaboración interna y externa

La colaboración tanto entre los miembros de la comunidad como con otras organizaciones e instituciones externas potencia los esfuerzos y maximiza el impacto del desarrollo comunitario. El trabajo en red es crucial para acceder a recursos, conocimientos y apoyo.

Conclusiones sobre la aproximación al desarrollo comunitario

La discusión sobre desarrollo comunitario subraya la importancia de un enfoque centrado en la participación activa y el empoderamiento de las comunidades como protagonistas de su propio progreso. Para que los procesos y proyectos de desarrollo comunitario sean exitosos, deben gestionarse preferentemente desde las organizaciones comunitarias o involucrarlas profundamente en cada fase del proceso. Este enfoque asegura que las iniciativas sean pertinentes, sostenibles y adaptadas a las necesidades locales, ya que las organizaciones comunitarias, con su conocimiento y experiencia directa, están mejor equipadas para identificar problemas y formular soluciones efectivas.

Además, el desarrollo comunitario no es un proceso homogéneo; las comunidades y sus organizaciones están en diferentes niveles de desarrollo organizacional, lo que requiere un enfoque flexible y adaptativo. Desde organizaciones con estructuras formales hasta grupos más informales, es crucial trabajar en el fortalecimiento de capacidades, sentando las bases para que todos puedan gestionar sus propios procesos de desarrollo.

En definitiva, el desarrollo comunitario no solo mejora las condiciones materiales y económicas de las comunidades, sino que también fortalece las relaciones sociales, fomenta el liderazgo inclusivo y aumenta la resiliencia frente a crisis. Al colocar a la comunidad en el centro de su propio proceso de desarrollo, se garantiza que los resultados no solo sean más efectivos, sino también más justos, equitativos y duraderos.

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