En muchas culturas, el árbol del conocimiento tiene una relación con la posibilidad de comer los frutos que representan el bien y el mal. Elegir cuál es el fruto adecuado para cada ocasión puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Así también, elegir la información adecuada para tomar la decisión puede ser la diferencia entre acertar o equivocarnos.
La forma como ordenamos los datos que recabamos, nos permite procesarlos e interpretarlos para generar información que se convierta en conocimiento y nos ayude a resolver un problema o enfrentarnos a una nueva realidad.
Contenido
¿Para qué quieres un árbol de información afinada?
La cantidad de información con que contamos actualmente, nos puede hacer cae en un caos de datos discordantes o demasiado cuantiosos que nos distraigan de lo que buscamos.
El árbol de información afinada es una herramienta que nos permite acomodar y armonizar la información que tenemos, identificar categorías y encontrar la relación que tienen los datos entre sí para construir conjuntos, pertenencias y comparaciones para interpretarlos y tomar mejores decisiones.
Imagina la figura de un árbol con un tallo que representa el problema, que tiene unas raíces que le conectan con las fuentes de información disponibles, donde las hojas son los datos, las ramas son las categorías y los frutos son las conclusiones.
¿Qué necesitas?
- Hoja de rotafolios
- Colores
- Postits
- Datos
- Imaginación
6 pasos para realizar un árbol de información afinada
- Registra el problema en la corteza
- Conecta las fuentes con la raíz
- Identifica un dato por hoja
- Agrupa los datos en conjuntos de ideas
- Cosecha los frutos
- Guarda gotas de experiencia
1. Registra el problema en la corteza
Identifica un problema, una pregunta o asunto que quieres analizar. Enmárcalo en un tiempo y un territorio específico.
Dibuja en el centro de la hoja de rotafolios el tronco del árbol y escribe el objetivo de tu investigación sobre su corteza de la manera más clara y precisa posible. Sin rodeos: menos palabras dicen más.
Coloca tres o cuatro ramas en las que puedas dividir el problema. Pueden ser las principales causas o efectos que conoces: motivos económicos, funcionales, constructivos, estéticos, ecológicos, sociales, comerciales o de cualquiera otra índole.
Deja fluir tu imaginación ya que será el primer paso para lograr la inspiración.
2. Conecta las fuentes con la raíz
Dibuja una raíz con tantas ramificaciones como tipos de fuentes utilizarás para generar o recabar información.
Utiliza un color diferente para cada tipo de fuente. Por ejemplo: azul para lluvias de ideas, verde para entrevistas, amarillo para artículos académicos, rojo para grupos de enfoque, morado para observación de campo o laboratorio, rosa para discursos, magenta para fuentes oficiales o naranja para redes sociales.
No te limites en tu búsqueda y no escatimes en un presupuesto imaginario y piensa que las raíces succionan los nutrientes del suelo y desde ahí pasarán por el tronco para alimentar las ramas, las hojas y los frutos del árbol.
3. Identifica un dato por hoja
Las hojas serán los datos o ideas que irás encontrando y recabando en las fuentes que elegiste.
Redacta cada idea en una sola tarjetas o postits para ir conformando el follaje.
4. Agrupa los datos por conjuntos de ideas.
Reacomoda las ideas o datos asegurando que están colocados en ramas que puedan representar conjuntos.
Identifica las nuevas ramas con la posible información que se podría desprender de la anterior y así sucesivamente.
Las ramas que parten del tronco pueden representar conjuntos que a su vez se desagreguen en subconjuntos que parten de las ramas anteriores y así hasta llegar al nivel más desagregado.
Ponle un nombre a cada rama o conjunto de ideas. Puede ser un número, palabra, texto, video o imagen.
Si en el camino encuentras que te hace falta un nuevo dato que no se encuentra en las fuentes que planteaste al principio, pon una nueva raíz, una nueva hoya o una nueva rama. Recuerda que los datos son infinitos, lo importante es saber ordenarlos y elegirlos.
5. Cosecha los frutos
Cuando encuentres una conclusión, dibuja un fruto en el que se exprese la idea con claridad.
6. Guarda gotas de experiencia
Dibuja unas nubes que lloverán sobre otros árboles o proyectos de investigación y anota en gotas los descubrimientos, aprendizajes e inquietudes que encontraste durante el desarrollo de tu árbol.
Algunas de estas preguntas pueden ayudarte a pensar:
- ¿Te diste cuenta de que algunas veces las variables las encuentras en diferentes fuentes?,
- ¿En algún momento tuviste la tentación de replantear los alcances de tu objetivo inicial dada la amplitud de información disponible?
- ¿En realidad requerías toda esa información que utilizaste para la solución de tu problema?
- ¿Te gustaría guardar alguna información para otros fines?
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