Retratos sin zapatos

La empatía es la clave del éxito del proceso de diseño de una experiencia. Implica desarrollar nuestra capacidad de percibir lo que otros seres vivos puede sentir, ver el mundo desde otra perspectiva, percibir lo que experimentan otras personas en una determinada situación. 

Prácticamente todas las personas nacemos con la capacidad de leer los sentimientos de otros seres. A veces la empatía se compara con la posibilidad de ponerse en otros zapatos, caminar desde otros pies o mirar desde otros ojos.

El asunto es que para ponernos en los zapatos de otra personas o cliente con quienes queramos empatizar para ofrecer experiencias que les sean significativas y memorables, es imprescindible quitarse los propios zapatos.

¿De dónde viene la capacidad empática?

Según Paul Ekman y otros estudiosos de la comunicación no verbal y la conducta humana, las microexpresiones son manifestaciones universales, involuntarias y automáticas a través de las cuales podemos reconocer el estado emocional de todas las personas de la especie humana, independientemente de su cultura.

Las neuronas espejo se activan para conectarnos con el movimiento y los sentimientos de nuestros semejantes. Nos permiten aprender, decodificar e interpretar las intenciones de otras personas.

¿Cómo mejorar nuestra capacidad empática?

5 dinámicas para fortalecer tu capacidad empática

1. Identifica las señales en ti
2. Espejea el movimiento
3. Observa sin juzgar
4. Escucha y corresponde
5. Diseña dos retratos sin zapatos

Paso 1. Identifica las señales en tí

Tener consciencia de las emociones en ti te permitirá identificar y decodificar las emociones de las demás personas.

Colócate frente a un espejo y busca en tu memoria momentos que evoquen alguna de las emociones movilizadoras del diagrama y deja que tu cuerpo te hable. Observa con cuidado tus ojos, tu boca, tus gestos y tu lenguaje corporal.

Obsérvalas sin engancharte y anota las reacciones que identifiques en tu cara, tus manos, tus piernas, tus entrañas.

Compáralas con las que resumimos en el artículo expresiones movilizadoras.

Paso 2. Espejea el movimiento

Espejearnos con otras personas ha probado ser muy útil para fortalecer nuestra capacidad empática.

• Solicita a una persona de tu confianza que te ayude.
• Párate frente a ella y pídele que se mueva lentamente sus brazos, cabeza, cuerpo.
• Imita sus movimientos.
• Déjate llevar y percibe cómo van despertando tus neuronas espejo.
• Poco a poco, comenzarás a entrar al mundo del otro casi automáticamente.  

Busca personas de diferentes edades y contextos para experimentar y comparar tus observaciones. Por ejemplo:

• Si puedes trabajar con niños aprovecha, ponte en cuclillas o arrodíllate a su lado para ver el mundo desde su estatura.
• Si tienes la oportunidad de espejearte con alguien que tiene una discapacidad o condición especial, trata de ponerte. Si estás con alguien ciego, tapate los ojos o con alguien sordo los oídos.
• Si te es posible, espejéate también con grupos de personas.

Permítete mirar tus reacciones y las de las otras personas con curiosidad.

Paso 3. Colecciona sentimientos

Regálate una tarde al mes para visitar un parque, un centro comercial, una calle transitada, una estación de autobús o un aeropuerto, un museo u otros lugares públicos en que puedas observar personas, o ve documentales en que encuentres personas distintas de lugares lejanos e idiomas que no conozcan o quítales el volumen

• Deja tus prejuicios en casa.
• Se discreto y respetuoso al observar.
• Concéntrate en la postura corporal, la mirada y los gestos de las personas que pasan.
• Imagina el significado de esas señales y trata de sentir lo que sienten.
• Trata de no juzgar ningún sentimiento como bueno o malo, simplemente reconocerlo, apreciarlo, comprenderlo.

Observa y colecciona los sentimientos que vayas identificando.

Paso 4. Repite

No opines,

Diseña dos retratos sin zapatos