[Melissa Jaqueline Cruz Castillo]

Quise relatar algo significativo dentro de Comitán como lo es la festividad de este Santo.

LA FIESTA DE TATA LAMPO.

San Caralampio llegó a Comitán con un soldado llamado Otero hacia 1850. Este soldado tiene una novela histórica sobre el mártir Caralampio, en su portada una estatua de un mártir arrodillado con un machete romano en la mano, preparándose para decapitarlo a él y al Redentor en las nubes altas. En ese momento, la peste invadió Comitán y también se inundaron la viruela y el cólera, no hubo casos de tales enfermedades en los lugares donde el santo adoraba, aunque murieron en grupos en Comitán.

Por lo tanto, por supuesto, fue nombrado defensor especial contra la peste y las enfermedades infecciosas. Luego de disiparse la virulencia, el pueblo volvió a la calma, los vecinos de La Pila convocaron a una reunión, Don Raymundo donó un terreno, y levantaron el primer templo en 1852 Fundación y terminaron la construcción en 1855.

En 1861, a solicitud del Consejo de Fiscales, se aprobó un decreto para autorizar el mandato estatal de la Feria de San Caralampio.

La fachada del templo de San Caralampio tiene una decoración de sabor popular vinculada, sin embargo, a los modelos neoclásicos. El mismo estilo neoclásico, en una versión más acabada, es el que predomina en el interior -blanco y luminoso- ornamentado con columnas corintias, un arco toral con casetones y cornisas denticuladas. Como es habitual en la región, la techumbre es de madera y teja. Los tres nichos del altar mayor cobijan a la Virgen de Lourdes, el Sagrado Corazón de Jesús, y desde luego al patrón San Caralampio.