El ejercicio ventaneando lo conocido y por conocer utiliza una matriz de cuatro ventanas para identificar de forma gráfica y sintética lo que una persona, organización o comunidad reconoce o desconoce de sí misma, transparentar nuestras percepciones y encontrar áreas de mejora para optimizar nuestras dinámicas de comunicación, retroalimentación y autoconsciencia.
Puede utilizarse de manera personal, para una empresa u organización, para conocer un área o grupo en particular, por ejemplo, el consejo consultivo de una organización o la dirección general de la empresa o los padres o maestros o cierto equipo.
Contenido
¿De dónde viene el ejercicio ventaneando lo conocido y por conocer?
A mediados del siglo XX, Joseph Luft y Harry Ingham, desarrollaron una herramienta que llamaron la ventana de Johari, que nos propone asomarnos a lo que conocemos y desconocemos de nosotros mismos a través de una matriz que plantea de forma gráfica la autoconciencia y la interacción humana desde el terreno de la psicología cognitiva.
Más tarde Charles Handy le llamó a este concepto la casa de cuatro habitaciones. Luego William Popham utilizó los cuadrantes como base para crear un proceso de evaluación formativa.
Aunque la ventana de Johari fue diseñada para realizar análisis personales, distintos investigadores y estrategas han utilizado esta idea para plantear ejercicios que puedan evaluar la noción grupal, organizacional o comunitaria, analizando la información que se recibe desde dentro y desde fuera.
En Identidad y Desarrollo también creemos que las organizaciones son entidades colectivas, que tienen personalidad, valores, objetivos y pueden aprovechar muchas de las herramientas creadas para analizar y fortalecer a las personas.
En la gestión organizacional, empresarial o familiar, el ejercicio puede realizarse para el conjunto completo, para cada grupo o persona o para un conjunto específico.
¿Cómo funciona la ventana de Johari?
La ventana de Johari plantea un diagrama en que se identifican los atributos que conocemos y desconocemos de nosotros mismos para comparar, analizar y desarrollar estrategias de comunicación internas y externas.
El diagrama facilita comparar y reflexionar sobre lo que somos, reflejamos, conocemos y ocultamos.
Las columnas corresponden a lo que opinamos que conocemos o desconocemos internamente y las filas a lo que los demás conocen o desconocen de nosotros.
La dimensión de cada cuadrante no es fija ni igual a otra. Como cada cuadrante interactúa con los otros cuadrantes, cualquier cambio en alguno de ellos, afecta a los demás.
Parece que entre más logremos ampliar la zona libre, más libre e independiente logramos ser y funcionamos mejor, pues lo oculto ocupa energía al estar pendiente de lo que no queremos mostrar.
La interacción y retroalimentación nos permite entrar en un proceso de aprendizaje y descubrimiento.
¿Qué hay en cada cuadrante?
Zona libre
En la zona libre que también se llama área pública, están los atributos que todos conocemos.
Nos movemos en esta área cuando intercambiamos información con los demás de manera transparente y abierta.
• Para una ventana personal, se trata de reconocer lo que tanto tú como tus conocidos saben y reconocen de ti.
• Si es una ventana empresarial u organizacional ahí coincide lo que la empresa reconoce como sus valores y lo que piensan sus clientes, tanto internos como externos.
Zona oculta
Esta zona contiene lo que sabemos de nosotros mismos y no conocen los demás, ya sea porque deliberadamente queremos mantenerlo en secreto o porque no lo comunicamos de forma apropiada.
• En las ventanas personales, generalmente se representan sentimientos, ideas, miedos u otros asuntos que queremos ocultar a los demás porque opinamos que no nos van a comprender y por tanto, nos van a maltratar o a rechazar.
• En una empresa u organización, también aquí vive la información confidencial que ni los clientes ni la competencia conocen. Puede ser información dañina para la marca o un nuevo producto que estamos guardando para el momento de su lanzamiento o algo que se considera que no vale la pena que el público sepa.
• Es posible que queramos mantener cierta información oculta, por considerar que el hecho de que salga a la luz puede representar una amenaza. Sin embargo, cada vez más, el público se interesa por conocer los procesos internos, los costos ambientales y las condiciones sociales de los colaboradores. Es así que la transparencia genera confianza y para esconder algo siempre se requiere energía.
Zona ciega
Aquí viven los atributos que perciben claramente los otros sobre nosotros, y nosotros no conocemos o no reconocemos. Puede ser una fuente de conflicto y es un síntoma de problemas de comunicación con los demás. Podemos reducir esta ventana estando abiertos para aprender más sobre la impresión que causamos a los demás.
• En una ventana personal, es posible que no reconozcamos lo que los demás piensan o miran en nosotros porque no ponemos atención. También porque nuestros conocidos no nos cuentan lo que miran deliberadamente por considerarlo innecesario, por falta de confianza o por motivos de percepción de intolerancia frente a las opiniones externas.
• En el caso de una ventana organizacional, saber lo que los clientes internos y externos saben y opinan sobre la empresa u organización, sus productos y servicios, es fundamental para fortalecer su posicionamiento y establecer estrategias de comunicación y retroalimentación.
En ambos casos conviene analizar y comprender por qué nosotros desconocemos o conocemos con retraso lo que otros saben e incluso vale la pena profundizar en conocer quienes son esas personas que toman consciencia y nos conocen antes que los demás, incluso que nosotros mismos.
Tu zona ciega te lleva a saber si necesitas escuchar con más atención.
Zona desconocida
Aquí está lo que ni uno mismo ni los demás logran percibir, la zona misteriosa donde se encuentra el potencial.
• En un ejercicio personal, suele vincularse con el subconsciente con las capacidades y habilidades ocultas. Es donde podemos explorar nuevas oportunidades, así como descubrir amenazas latentes, porque aquí pueden encontrarse sentimientos reprimidos, miedos desconocidos o fobias que eventualmente pudieran detonar un problema emocional o interpersonal, pero también habilidades e incluso, conocimientos olvidados que nunca hemos necesitado poner en práctica porque no hemos tenido la necesidad de hacerlo.
• En un ejercicio organizacional, encontramos aquí potencialidades desconocidas que puedan resolverse como parte del negocio, buscando alternativas de integración vertical, nuevas necesidades y oportunidades que pudieran fortalecerle e impulsarle a innovar.
Cinco pasos para ventanear lo desconocido
1. Selecciona
2. Reconoce
3. Investiga
4. Compara y clasifica
5. Ubica
Al hacer el ejercicio es importante no tener juicios o interpretar. Solo observa, aprende y describe.
Paso uno. Selecciona
Identifica a la persona que analizarás y los públicos con quienes se comunica.
Paso dos. Reconoce
Utiliza la siguiente tabla de atributos para eliminar todo lo que no crees que te representa o les representa en caso de ser una persona colectiva.
Si estás trabajando en una ventana organizacional, motiva a cada miembro del equipo a identificar los atributos de manera personal y después comparen.
Si identificas un atributo adicional que te representa, anótalo en los espacios vacíos.
Haz una lista de todos los atributos que no descartaste o identificaste y colócalos en la primera columna de la tabla comparativa del paso cuatro.
Paso tres. Investiga
Si estás trabajando en tu ventana personal, pídele a unas 6 personas que te conozcan que eliminen los atributos que según ellos son los que mejor te definen. Entrégales la lista incluyendo los atributos adicionales que identificaste. Busca que haya representantes de tus diferentes grupos con los que convives: tu familia, tus amigos, tus colaboradores o colegas.
Si estás trabajando en una ventana organizacional, puedes aplicar un cuestionario a tantas personas como consideres pertinentes. Consulta el recurso muestreo para seleccionar casos, envía la lista de atributos y solicita que te digan qué atributos definen a la organización.
Paso cuatro. Compara y clasifica
Anota en la columna de atributos aquellos que no fueron eliminados o fueron identificados por ti, tu grupo o los interlocutores seleccionados. Colócalos en la primera columna de la tabla comparativa.
Pon una marca en los atributos que seleccionaste y una marca en los que seleccionaron los demás. Puedes ir identificando donde corresponde cada atributo.
Si fueron identificados por todos los participantes, palomea la zona libre.
Si solo fueron identificados por ti o los colegas de tu equipo en caso de ser una organización, palomea la zona oculta.
Si fueron identificados por personas distintas a ti o tu equipo, palomea la zona ciega.
Tabla comparativa
Paso 5. Ubica
Coloca los atributos que correspondan en cada cuadrante. Puedes utilizar postits.
-Coloca en el cuadrante de área libre, aquellos atributos que tanto tú como los demás reconocen.
-Coloca en el cuadrante de la zona ciega, los rasgos que otros han señalado pero tú no reconociste.
-Agrupa como ocultos los rasgos que tú has enumerado pero que los demás no han reconocido en ti o tu organización.
-El resto de rasgos clasifícalos como desconocidos. No significa que necesariamente formen parte de tu subconsciente, pero están ahí latentes para pensar y reflexionar.
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