Los simulacros y simulaciones han sido utilizados con mucho éxito por organizaciones que trabajan en la gestión de crisis, aunque hoy se han probado con éxito en otros campos y se encuentran entre las herramientas más útiles para aprender, practicar, evaluar y probar comportamientos y diseñar estrategias en equipo.
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En Identidad y Desarrollo integramos los simulacros y simulaciones en el desarrollo de proyectos comunitarios ya que encontramos que además de mejorar las habilidades de las personas para planificar y reaccionar en situaciones no previstas, enriquecen el trabajo en equipo y nos divierten.
¿Para qué sirven los simulacros y simulaciones?
Entre los principales beneficios de los simulacros y simulaciones se encuentran:
- Experimentar con diferentes escenarios relacionados con situaciones reales nos permite explorar y jugar diferentes roles, responder a circunstancias imprevistas, adquirir conocimientos prácticos y generar habilidades de control y respuestas a posibles desafíos o situaciones inesperadas. Así generamos autoconfianza, autocontrol y autoconciencia.
- Ponernos en los zapatos de otros y mirar a otros en los zapatos propios fomenta la empatía entre las personas que participan y mejora las habilidades de planificación y evaluación participativas.
- Motivar a los participantes probar situaciones desde diferentes perspectivas les lleva a ser más creativos, a tener la capacidad de evaluar distintas fórmulas, experiencias y procedimientos que ayudan a tomar decisiones y a desarrollar trabajo colaborativo.
- Practicar observando a los demás y siendo observados, mejora la coordinación y la aplicación de técnicas específicas de gestión de riesgos que involucren a múltiples personas.
Diferencias entre simulacros y simulaciones
Una simulación se puede jugar en cualquier espacio, recreando e imaginando escenarios y situaciones y con tiempo simulado, que representa días o semanas o años. Los participantes incluso pueden recibir nueva información sobre situaciones que les lleven a otros tiempos o a diferentes lugares.
Los simulacros, en cambio, se llevan a cabo en escenarios reales donde la situación podría ocurrir en realidad y en la medida de lo posible, se llevan a cabo en tiempo real. Su dificultad estriba en que requieren una movilización hacia el escenario físico y mayor parafernalia.
6 pasos para realizar un simulacro o simulación
- Acota el tema
- Diseña el guión
- Convoca
- Prepara el espacio
- Juega
- Reflexiona y evalúa
Primer paso: Acota el tema
Determina el tema central del ejercicio de forma puntual. Puedes realizar un sin número de simulacros y simulaciones, pero recuerda que si mucho abarcas poco aprietas, de manera que elige un tema a la vez. Por ejemplo:
- Reaccionar en una crisis fortuita como incendio, temblor o huracán.
- Manejar un accidente y proporcionar primeros auxilios.
- Mejorar los procesos de servicio y atención a clientes.
- Renovar las relaciones y la comunicación de la familia, el equipo, la comunidad.
Segundo paso: Prepara el guión
Para preparar un simulacro o una simulación se construye un guión secuencial que sirve como hilo conductor.
El guión describe situaciones lógicas y realistas en escenarios controlados.
Comienza describiendo los hechos que permitirán explorar situaciones y reconocer los diferentes resultados en función de las distintas decisiones que se toman durante el ejercicio.
Establece distintas características y personalidades para que los jugadores puedan experimentar los hechos desde distintas perspetivas.
Asegura que la situación que se presenta es relevante para el grupo y le permitirá practicar y sacar conclusiones.
Tercer paso: convoca
Si el simulacro o simulación es parte de un proceso de planeación participativa, la convocatoria puede realizarse para plantear el tema y planear el guión.
Asegura que el mensaje que contiene la convocatoria es claro y seductor.
Cuarto paso: prepara el espacio
Si es un simulacro que se llevará a cabo en el lugar real en que sucederán los eventos, asegura tener los permisos correspondientes.
Si es una simulación, diseña el escenario utilizando muebles, puertas, ventanas, juguetes o dibujos.
Las simulaciones se pueden realiza incluso sobre una mesa o sentados en el piso utilizando juguetes o dibujos.
Quinto paso: juega
El juego de roles fomenta la creatividad y favorece la resolución de problemas cuando se abre la mente en un ambiente relajado y divertido.
Los roles se asignan entre las personas que participan en los simulacros o simulaciones procurando que cada quien pueda experimentar la mayor cantidad de experiencias posibles para explorar diferentes puntos de vista de una misma situación.
Invita cada participante a asumir y asimilar su papel en el juego y antes de comenzar a actuar.
No es necesario que todos los participantes tengan un rol al mismo tiempo. Algunas personas pueden ser observadores y analizar desde esta posición lo que sucede en el juego.
El ejercicio se centra en promover la toma de decisiones individuales o colectivas en las situaciones que se presentan. Establece las pautas y reglas del juego poniendo énfasis e que la idea es colaborar en lugar de competir, mantener la mente abierta y respetar a las demás personas sin juzgar o criticar.
Sexto paso: reflexiona y evalúa
Cuando los resultados de los simulacros y simulaciones se analizan en conjunto, se practica la escucha activa y respetuosa.
Nos permite reconocer que en la vida no hay una sola forma de jugar o resolver la situación propuesta.
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