Orlando Araque

Los paisajes bioculturales son el soporte de nuestras identidades locales, origen de nuestro arraigo y pilar fundamental de nuestro sentido de pertenencia. En ellos perviven nuestras tradiciones, costumbres y edificaciones simbólicas, que impregnan a nuestros territorios de una personalidad única.

Estas características, expresadas en el patrimonio natural y cultural integral del paisaje, deben ser conservadas, pero también vividas y comprendidas por habitantes y visitantes dentro del proceso evolutivo y dinámico del territorio. Para ello la valoración y sentimiento de orgullo por lo propio, que debe permanecer en el corazón de los ciudadanos, es algo fundamental. En la construcción de esos valores, un plan interpretativo juega un papel muy importante. Motivar, persuadir y estimular, además de informar, ayuda a fomentar el amor de la comunidad por lo que les da identidad.

Pero además están nuestros visitantes. Aquellas personas que vienen a nuestros paisajes patrimoniales atraídos por una riqueza patrimonial que desean conocer. Es entonces cuando se plantea esa relación comunidad local – comunidad visitante, que vale la pena organizar para contribuir al desarrollo sostenible y donde las estrategias de la interpretación también juegan un papel relevante.

Cómo vivimos y sentimos nuestros paisajes bioculturales, cómo presentamos nuestro patrimonio integral, cómo contagiamos de nuestra identidad local al público visitante, excursionista o turista, es algo primordial para lograr una experiencia plena que se traduzca en un desarrollo local que además garantice la preservación del patrimonio.

Este artículo trata justamente de analizar la manera en que un plan interpretativo, donde participen todos los actores del territorio, como un solo organismo vivo, garantiza el desarrollo comunitario y una experiencia gratificante del público visitante, permitiendo actividades donde un correcto uso del patrimonio conlleva a su conservación, bajo un eficiente diálogo intercultural.

El paisaje biocultural

«Consultemos en todo al genio del lugar; él dice si las aguas se elevan o se caen, o ayuda a las colinas ambiciosas a escalar el cielo, o extrae del valle teatros envolventes, el convoca al paisaje, atrae los claros que se abren, une los bosques servicales, y hace variar las sombras, a veces frustra la intenciones y a veces las orienta, pinta cuando plantamos y diseña cuando trabajamos». 

                                                                                                                  Alexander Pope

Una de las experiencias más significativas en mi vida profesional fue la vivida en 1997 en Santa Fe, Nuevo México, cuando procedente de Venezuela fui a cumplir con una invitación de US/ICOMOS para hacer una pasantía de verano en Cornerstones Community Partnerships, organización que trabaja en asociación con las comunidades locales para restaurar estructuras históricas, preservar paisajes culturales, fomentar prácticas de construcción tradicionales y conservar los recursos naturales de New México y el Gran Suroeste de Estados Unidos.

Todos los fines de semana íbamos a los poblados a apoyar en los trabajos de mantenimiento de los templos. La primera vez que llegué a una comunidad escuché con sorpresa que todos hablaban español, con acento mexicano, y sus comidas eran también de la gastronomía popular mexicana. Mientras estaba en la oficina estaba en USA pero en el trabajo de campo sentí que estaba en México. Por otro lado, en mis tiempos libres me dediqué a conocer el territorio del Estado y pude descubrir las comunidades indígenas de los tihuas y los zunis, entre otras, que mantenían también sus costumbres ancestrales. Fue una experiencia multicultural con anglosajones, latinoamericanos e indígenas. Allí por primera vez puse en duda el verdadero significado y validez de las fronteras. Por mucho muro que hubiera, ni el paisaje, ni la cultura mexicana, terminaban en el Río Bravo.

Tiempo después otros eventos marcarían huella en la construcción de mi posición. En 2005, se realizó en Monterrey, México, el Coloquio “Culturas populares y patrimonio intangible en las fronteras internacionales” y meses después, en Guadalajara, el III Encuentro Internacional de Promotores y Gestores Culturales, con el tema “Desarrollo Cultural: del pluralismo cultural a la interculturalidad y finalmente, en 2009, “Reflexiones sobre la cooperación cultural internacional”, en Machala, Ecuador. Desde entonces mantengo la posición de que el continente americano es una red interconectada de culturas y ecosistemas dispersos en todo el territorio que no corresponden al “collage” de países limitados por fronteras geopolíticas. El Mundo Maya, el Caribe, los Andes y la Amazona, son ejemplos palpables de esa condición.

Estos últimos años, hemos vivido con una pandemia, donde un virus se extendió por todo el mundo a pesar de las fronteras físicas geopolíticas, una vez más vuelve a mí la idea de que las fronteras geopolíticas son una cosa, pero los núcleos culturales y los ecosistemas naturales son otra. Así como no es posible delimitar culturas por países, tampoco lo es delimitar ecosistemas. Las fronteras en el mundo no existen y el concepto de soberanía debe ser redefinido. Buena enseñanza en tiempos del Covid19.

Perfilando los aspectos para una nueva interpretación del paisaje biocultural también he pensado mucho en el fenómeno de la migración, que nos debería llevar a compartir como hermanos todo el territorio americano. Cuando sales de tu país a conquistar otros sueños, en realidad te llevas tu país impregnado en tu ser: acento, tradiciones, música y gastronomía. En mi caso, que soy venezolano en México, me traje mis arepas a San Miguel de Allende, y disfruto de la gastronomía mexicana, pero también venezolana. Es que hoy todo el continente americano está impregnado de venezolanidad la cual, sin duda, ha enriquecido los diferentes países como, a su vez, las diferentes nacionalidades que Venezuela acogió a lo largo de su historia nutrieron su ya valiosa identidad cultural.

Genius Loci: El espíritu del lugar

El espíritu del lugar proporciona una comprensión más amplia del carácter vivo – y a la vez permanente – de los monumentos, sitios y paisajes culturales. Entrega una visión más enriquecedora, dinámica e inclusiva del patrimonio cultural. El espíritu del lugar existe, de una u otra forma, en prácticamente todas las culturas del mundo y es construido por los seres humanos en respuesta a sus necesidades sociales. Las comunidades que habitan el lugar, especialmente cuando son sociedades tradicionales, deberían estar estrechamente vinculadas a la protección de su memoria, vitalidad, continuidad y espiritualidad.

Con ocasión de la 16ª Asamblea General de ICOMOS en Quebec, Canadá, en 2008, se aprobó la Declaración de principios y recomendaciones a organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, autoridades nacionales y locales, y a todos los especialistas e instituciones en condición de ayudar -por medio de legislación, políticas, procesos de planificación y manejo- a proteger y promover de mejor manera el espíritu del lugar.

Replantear el espíritu del lugar

  1. Reconociendo que el espíritu del lugar está conformado por elementos materiales (sitios, edificaciones, paisajes, rutas y objetos), así como por inmateriales (recuerdos, historias, documentos escritos, festivales, conmemoraciones, rituales, conocimientos tradicionales, valores, texturas, colores y olores, entre otros), que contribuyen considerablemente a crear un lugar y a darle un espíritu. Declaramos que el patrimonio cultural inmaterial otorga un significado más enriquecedor e íntegro al patrimonio como un todo; y debe ser tomado en cuenta en todas las legislaciones relacionadas con el patrimonio cultural, y en todos los proyectos de conservación y restauración de monumentos, sitios, paisajes, rutas y colecciones de objetos.
  1. Debido a que el espíritu del lugar es complejo y heterogéneo, exigimos que los gobiernos y otras partes interesadas soliciten la asistencia especializada de equipos de investigación multidisciplinarios y de practicantes tradicionales, con el objeto de comprender, preservar y transmitir de mejor manera el espíritu del lugar.
  1. Dado que el espíritu del lugar es un proceso en continua reconstrucción, que responde a las necesidades de cambio y continuidad de las comunidades, sostenemos que puede variar en el tiempo y de una cultura a otra, según sus prácticas de memoria; así mismo, que un lugar puede tener diversos espíritus y ser compartido por grupos diferentes.

Identificar las amenazas al espíritu del lugar

  1. Puesto que el cambio climático, el turismo masivo, el conflicto armado y el desarrollo urbano han llevado a la transformación y perturbación de las sociedades, necesitamos comprender mejor estas amenazas con el fin de determinar medidas preventivas y soluciones sostenibles. Recomendamos que organismos gubernamentales y no gubernamentales, organizaciones locales y nacionales del patrimonio, desarrollen planes estratégicos a largo plazo para prevenir la degradación del espíritu del lugar y de su entorno. Los habitantes y las autoridades locales también deberán tener la conciencia de salvaguardar el espíritu del lugar, con el objeto de encontrarse mejor preparados para enfrentar las amenazas de un mundo en transformación.
  2. Dado que la utilización compartida de los lugares puede integrar diferentes tipos de espíritus; situación que aumenta el riesgo de rivalidades y conflictos, señalamos que estos sitios necesitan estrategias y planes de manejo específicos y adecuados al contexto pluralista de sociedades multiculturales modernas. Debido a que las amenazas al espíritu del lugar son especialmente altas entre grupos minoritarios – sean originarios o recién llegados – sugerimos que estos grupos sean los primeros y más beneficiados de las políticas y prácticas específicas.

Salvaguardar el espíritu del lugar

  1. Puesto que en la mayoría de los países del mundo actual el espíritu del lugar, especialmente sus componentes inmateriales, no se benefician actualmente de programas de educación formal o de protección jurídica, recomendamos establecer foros y consultas con expertos de diferentes disciplinas y especialistas de las comunidades locales, y el desarrollo de programas de capacitación y de políticas jurídicas con el fin de proteger y difundir mejor el espíritu del lugar.
  1. Teniendo en consideración que las tecnologías digitales modernas (bases de datos digitales, sitios web) se pueden utilizar de manera eficiente y efectiva, a bajo costo, para desarrollar inventarios multimedia que integren elementos materiales e inmateriales del patrimonio; recomendamos encarecidamente su uso generalizado con el objetivo de preservar, difundir y promover los sitios patrimoniales y su espíritu. Estas tecnologías facilitan la diversidad y la renovación constante de la documentación sobre el espíritu del lugar.

Transmitir el espíritu del lugar

  1. Reconocer que esencialmente las personas son quienes transmiten el espíritu del lugar y que esa transmisión es parte importante de su conservación; manifestamos que a través de la comunicación interactiva y la participación de comunidades afectadas es posible proteger, utilizar y realzar de manera más efectiva el espíritu del lugar. La comunicación es la mejor herramienta para mantener vivo el espíritu del lugar.
  2. Dado que las comunidades locales, en general, están en una mejor posición para comprender el espíritu del lugar, especialmente en el caso de grupos culturales tradicionales; sostenemos que están en mejores condiciones para salvaguardarlo y deberían estar directamente involucradas en todos los esfuerzos que se realicen para preservar y transmitir el espíritu del lugar. Se deberían fomentar los medios de transmisión informales (historias, rituales, representaciones, experiencias y prácticas tradicionales, entre otros) y formales (programas educativos, bases de datos digitales, sitios webs, herramientas pedagógicas, presentaciones multimedia, entre otros) porque no sólo aseguran el resguardo del espíritu del lugar, sino que más importante aún, el desarrollo sustentable y social de la comunidad.
  3. Reconocer que la transmisión intergeneracional y transcultural desempeña un rol fundamental en una sostenida difusión y preservación del espíritu del lugar; recomendamos la vinculación y participación de generaciones más jóvenes, así como de diferentes grupos culturales relacionados con el sitio, en la formulación de políticas y el manejo del espíritu del lugar.

El plan interpretativo

«Los primeros filósofos griegos  miraron el mundo a su alrededor y encontraron que habían cuatro elementos; fuego, aire, agua y tierra. Pero a medida que crecían en sabiduría consideraban que debía haber algo más. Estos elementos no tangibles no constituyen un principio, sino que simplemente se reveia que están en otro lugar. Si no los encuentras, no existe el alma de las cosas: una quinta esencia, pura, eterna, e incluyente».

                                                                                                                     Freeman Tiden

Definición de interpretación

Es el arte de revelar in situ el significado del legado natural, cultural o histórico, al público que visita esos lugares en su tiempo libre

AIP – Asociación para la Interpretación del Patrimonio de España 1996.

Atractivos patrimoniales vs. Experiencias culturales

Estamos conscientes, sobre todo los especialistas, -lamentablemente no tanto la comunidad residente- de la fabulosa diversidad de los elementos que constituyen nuestro patrimonio, pero en muchos casos lo ofrecemos a los visitantes sin su debida adaptación, acondicionamiento y estudio previo.

El desconocimiento sobre lo que es un producto natural y/o cultural sea para el uso del tiempo libre o el uso turístico, es algo común por lo que en no pocos casos, los recursos patrimoniales están en constante peligro, ante una visita no planificada, sin objetivos claros.

Los elementos patrimoniales pueden ser -no necesariamente son- recursos o atractivos los cuales son o deben ser primeramente accesibles a la comunidad residente, y luego, solo después de un riguroso proceso de acondicionamiento –donde las herramientas de la interpretación juegan un papel primordial- pudieran integrar una experiencia o producto para uso del tiempo libre (habitantes) y/o turístico (visitantes).

Este producto turístico, además de los recursos o atractivos naturales y/o culturales, debe integrar actividades y servicios integrales al usuario, todo lo cual garantizará su satisfacción. Si no, es solo un valioso recurso patrimonial, con potencial turístico, cuya preservación es responsabilidad de todos.

Teniendo esto en cuenta, al visitar los paisajes bioculturales, es fácil constatar que en muchos existen serias carencias en cuanto al desarrollo y operación de las experiencias o productos naturales y/o culturales.

¿Qué es y que persigue la interpretación del patrimonio?

Se habla de interpretación desde la década de los años 50, cuando en el Servicio Nacional de Parques de los Estados Unidos de América los guías de las áreas naturales protegidas, los famosos “rangers” comenzaron a desarrollar un estilo de comunicación con el público visitante que incluía actividades diseñadas para favorecer la plena comprensión del sitio.

Unos años más tarde, en 1957, Freeman Tilden, en su famoso libro «Interpreting Our Heritage” aporto la primera definición de interpretación:

“La Interpretación es una actividad educativa que pretende revelar significados e interrelaciones a través del uso de objetos originales, por un contacto directo con el recurso o por medios ilustrativos, no limitándose a dar una mera información de los hechos.”

 Según el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios – ICOMOS, la interpretación del patrimonio “se refiere a todas las actividades potenciales realizadas para incrementar la concienciación pública y propiciar un mayor conocimiento del sitio de patrimonio cultural”

Y según la Asociación para la Interpretación del Patrimonio – AIP, “La interpretación del patrimonio es el arte de revelar in situ el significado del legado natural, cultural o histórico, al público que visita esos lugares en su tiempo libre”

 Finalmente citamos a Don Aldridge, quien, como representante del reino Unido en el Consejo de Europa, impulsó con mucha fuerza la disciplina en ese ámbito geográfico:

“Toda intención de proporcionar interpretación lleva implícita una meta muy clara, común a otras actividades de gestión y administración de un área: la conservación de sus valores naturales y/o culturales.

 Esta conservación se puede lograr, principalmente, a través del respeto y la participación ciudadana, asegurando con ello que las futuras generaciones sean capaces de disfrutar la herencia natural e histórica”

                                                                                                                         (Aldridge, 1973)

Como vemos, la interpretación del patrimonio es una herramienta que en principio actúa en pro de la visibilidad y la preservación del patrimonio pero también en contagiar de su magia al paisano y al visitante para garantizar la plenitud del encuentro patrimonio-visitante.

Principios básicos

Jorge Morales Miranda, en su publicación “Guía Práctica para la Interpretación del Patrimonio: el arte de acercar el legado natural y cultural al público visitante” (1998), propone unos principios básicos que constituyen la filosofía de la disciplina, basados en la experiencia de diferentes autores, principios que señalamos a continuación:

  • Ser considerada como un eficaz instrumento de gestión
  • Ir dirigida al público en general
  • Ser una actividad libre y voluntaria
  • Mantener el contexto recreativo en que se encuentra el visitante
  • Ser inspiradora, que llegue al espíritu de los individuos
  • Estimular el uso de los sentidos
  • Ser motivadora y provocativa
  • Ser sugerente y persuasiva
  • Estimular la participación activa
  • Orientar e informar acerca de hechos concretos
  • Estimular el sentido crítico
  • Entregar un mensaje claro y breve
  • Ser comunicación atractiva
  • Revelar significados e interrelaciones
  • Contribuir a la concienciación ciudadana
  • Contar con la presencia de un objeto real
  • Recaer en lo posible en actividades personalizadas
  • Mantener como meta la conservación del patrimonio

Si diseñamos nuestros elementos interpretativos utilizando los principios anteriormente indicados, seguramente tendremos esa comunicación especial tan necesaria para lograr un impacto efectivo tanto en el visitante como en la comunidad anfitriona o receptora.

La interpretación desde lo local

La propuesta de elaborar un plan interpretativo para los paisajes bioculturales surge de la observación de cómo están siendo gestionados en la actualidad, donde creemos que en muchos casos el potencial como atractivos está siendo un tanto subutilizado por la falta de una planificación desde un punto de vista, no solo sostenible, sino holístico.

 Las estrategias de interpretación, que estarán contenidas en el plan interpretativo, pueden ser diseñadas para cubrir diferentes ámbitos de acción, desde lo nacional hasta lo local.  Pero es este último espacio, que justamente donde observamos que puede desarrollarse un plan más efectivo, que produzca resultados concretos y positivos, no solamente relacionados con la preservación del patrimonio, sino también con el desarrollo económico.

En el caso de los paisajes bioculturales, una planificación especialmente diseñada para ellos es un aspecto clave que garantiza su éxito como producto natural/cultural sostenible, con fines de uso de tiempo libre y/o turístico, pues impacta no solo en el visitante, sino también en la población que hace vida en el territorio biocultural.

La planeación comunitaria

Para el logro de un plan interpretativo en el paisaje biocultural, que realmente responda a los objetivos de desarrollo sostenible es imprescindible la participación de la comunidad local en su elaboración.

Pero ésta debe ser una participación activa de todos los actores y sectores que hacen vida en el territorio en estudio. No solamente de las autoridades del gobierno local, de la cúpula de los prestadores de servicios turísticos y de los profesionales expertos, sino que también deben participar representantes de las comunidades.

Esto responde a que la esencia cultural que debe presentarse al visitante debe provenir desde una perspectiva comunitaria integral, que es la que precisamente domina la identidad y la autenticidad local. Es la que posee y mantiene ese “espíritu del lugar” del que ya se ha venido hablando y que nutre la experiencia del visitante.

Potencial interpretativo del paisaje biocultural

Los elementos que conforman ese espíritu del lugar y cuyo conocimiento garantiza la experiencia y el conocimiento completo del sitio deben ser escogidos por representantes de esos sectores que comentamos anteriormente: sector público – iniciativa privada – comunidad local – expertos.

Una vez seleccionados, constituirán la materia prima que permitirá la creación de experiencias o productos culturales exitosos, algunos de los cuales pueden ser utilizados con fines turísticos, dentro del marco de la sostenibilidad.  No debemos perder de vista los objetivos y finalidades que deseamos del plan interpretativo con respecto a la comunidad local y a los visitantes.

Criterios de selección de los rasgos interpretativos

Francisco Guerra, Jaume Sureda y Margalida Castells en su publicación “Interpretación del Patrimonio: Diseño de programas de ámbito municipal” (2008) proponen los siguientes criterios que debe tenerse en cuenta al momento de seleccionar un rasgo interpretativo:

  • Representatividad
  • Singularidad
  • Fragilidad / Resistencia al impacto
  • Necesidad de preservación
  • Accesibilidad
  • Importancia
  • Seguridad
  • Disponibilidad de Información
  • Estacionalidad
  • Facilidad de explicación
  • Facilidad de acondicionamiento
  • Afluencia actual del público
  • Atractivo

Es esencial ser rigurosos al seleccionar los elementos que integrarán la oferta turístico-cultural de un paisaje biocultural si queremos preservar el patrimonio integral.  Esta oferta no tiene que considerar todos los elementos sino aquellos indispensables para que el visitante se lleve el conocimiento general del lugar.  Y son éstos los que deben integrar el plan interpretativo con fines culturales y/o turísticos.

Equipamientos

Los rasgos interpretativos que queremos mostrar a la comunidad y al público visitante requerirán de una infraestructura u organización básica, todo lo cual conforma el equipamiento natural/cultural turístico-recreativo que permitirá la buena experiencia del usuario.

Es así como debemos disponer de edificaciones como son los centros de visitantes, los museos y monumentos históricos, de sitios estratégicos como son los miradores, los parques y los yacimientos arqueológicos y de elementos que nos guíen como son las rutas turístico-culturales preestablecidas en el paisaje biocultural.

En este punto deseo hacer énfasis en la importancia que los centros de visitantes o “de interpretación” tienen para lograr una comunicación y presentación eficaz de los rasgos interpretativos y del territorio en su globalidad. Siendo conceptualmente diferentes a los “paradores turísticos”, los centros de visitantes son equipamientos estratégicos para poder abordar con éxito un paisaje biocultural.

Se ubicaría en la periferia del paisaje biocultural, o del centro urbano más importante, sobre la vía principal de acceso, a manera de “lobby”. La idea es tener un edifico que nos reciba con un área de inducción donde a través del guía intérprete y/o con el apoyo de un audiovisual, se nos presentara el territorio que visitaremos, con todas sus características y rasgos resaltantes, de manera de lograr orientarnos y situarnos claramente.  Luego estarían salas de exhibiciones donde tendríamos un acercamiento más específico con los atractivos culturales patrimoniales. Además, contemplaría servicios al visitante como cafetería, tienda de artesanías y recuerdos, sanitarios, teléfonos, cajeros bancarios y, por supuesto, un área de estacionamiento. Sería estratégico tener también un servicio de información y reservación de hoteles, restaurantes y demás servicios básicos, a manera de concierge.

Medios interpretativos

El programa interpretativo con fines turísticos debe considerar además, una serie de herramientas o medios que son indispensables para lograr la satisfacción y accesibilidad plena tanto del habitante como del visitante.

Entre ellos tiene especial importancia la señalización de senderos peatonales y vías vehiculares, así como de los atractivos turísticos patrimoniales del paisaje biocultural, en diferentes niveles de información y comprensión, dirigidos a todo tipo de público, según el estudio previo correspondiente. Además, son fundamentales los carteles y las publicaciones de orientación turística y de contenidos específicos de índole natural, cultural y patrimonial.

En nuestra opinión, es indispensable contar con un grupo de guías intérpretes especializados que puedan conducir itinerarios, que incluyan demostraciones de aquellos rasgos que así lo permitan, como son los referentes a la gastronomía y a la música, y animaciones culturales.

Otros medios interpretativos esenciales son los programas audiovisuales y las exhibiciones participativas que deben estar disponibles, en primer lugar en el Centro de Visitantes, pero también en los demás elementos que componen el equipamiento cultural y/o turístico.

Creación de la imagen y marca del paisaje biocultural

Entre los objetivos del Plan Interpretativo del Paisaje Biocultural, debe estar el imprimirle a éste una personalidad propia que lo distinga tanto de otros paisajes de la región, la cual estará basada en sus atributos patrimoniales, por los cuales, además, se conforma como un producto natural-cultural y/o turístico.

Esta personalidad propia, que será utilizada con criterios de competitividad en la promoción cultural y el mercadeo turístico, estará reflejada en una imagen, un logotipo que busque crear una marca propia que será el símbolo, además, de ese orgullo y de esa identidad local, que nos proponemos fortalecer para garantizar la preservación del patrimonio local.

Evaluación de los medios interpretativos

Para garantizar una gestión de éxito, el Plan Interpretativo debe considerar una serie de indicadores cuantitativos y cualitativos que permitan medir y evaluar el comportamiento de la comunidad y de los visitantes ante los rasgos patrimoniales seleccionados en el Plan, así como las acciones y los medios interpretativos utilizados para presentar este patrimonio.

Sureda, Guerra y Castells (2008) sugieren utilizar los siguientes criterios básicos en el diseño de los indicadores de evaluación, lista que necesariamente será complementada teniendo en cuenta las características propias del territorio o centro histórico a evaluar:

  • Eficiencia en la transmisión del mensaje
  • Posibilidad de ser cambiado o adaptado
  • Estímulo a la participación y a la curiosidad
  • Relación con el ritmo del público
  • Seguridad del visitante
  • Relación con otros medios
  • Grado de esfuerzo del visitante
  • Simplicidad
  • Adaptación al entorno
  • Impacto ambiental
  • Resistencia a los agentes atmosféricos, al uso y al vandalismo
  • Costos de ejecución y mantenimiento

A manera de conclusión

La pandemia, así como nos hizo hacer un alto en el camino, también nos ha presentado la oportunidad de reflexionar sobre todos los aspectos de nuestro desarrollo. Nos ha hecho pensar realmente donde estamos situados. En mi opinión, tenemos que rediseñar el territorio americano, de la mano de la interdisciplinariedad y con la conciencia de que somos un crisol de culturas, que definen nuestro paisaje a interpretar. Por ejemplo, un nuevo glosario de términos se hace preciso ante nuestros diferentes idiomas dialectos, acentos. Tener conciencia de que hablamos español, pero también portugués, inglés y francés y que todos ellos cohabitan en el espacio cultural americano.

Tenemos que organizarnos de una vez por todas.  Creo bueno traer a colación el hecho de que en muchos de nuestros países, los organismos oficiales de cultura y patrimonio, naturaleza, arquitectura, urbanismo, turismo, salud, educación y economía, entre otros, en general manejan inventarios y catalogaciones de los bienes que gestionan, pero no he visto un documento que contenga un inventario y catálogo transversal que permita realizar planes, estudios y proyectos con efectividad y diseñar estrategias que permitan atender situaciones inesperadas como la que estamos viviendo. En consecuencia, y como nos está pasando, perdemos tiempo y recursos en la concreción de soluciones responsables efectivas.

Por otro lado, y en cuanto a las previsiones que un equipo interdisciplinario puede determinar, están situaciones como el impacto del cambio climático, que nos está afectando desde hace años, pero vemos con asombro que estrategias y mecanismos de mitigación y adaptación no terminan de ser tomados con la seriedad que el fenómeno amerita. Lo mismo ha sucedido con el desarrollo sostenible. Sin embargo, con el coronavirus, como si nos afectó en carne propia y con rapidez, si le hicimos caso, aunque lamentablemente desarmados.

Además, comenzó la moda de nuevos términos y adjetivos. Pero antes de crear nuevos términos y nuevos documentos, deberíamos usar la metodología ya conocida por muchos profesionales, como es el caso de los arquitectos y urbanistas: revisar la información documental existente, determinar el estado de la situación actual, realizar un diagnóstico, revisar el entorno urbano y territorial, las necesidades de los clientes para entonces concretar el programa de diseño que permitirá crear la solución idónea a construir a implementar.

En el caso que nos ocupa, nuestro equipo interdisciplinario tendrá que comenzar revisando con detenimiento documentos anteriores, entre otros, de la Organización de las Naciones Unidas / ONU y los de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura / UNESCO como los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los Derechos Culturales, de la Organización Mundial del Turismo / OMT, como el Código Ético Mundial para el Turismo, de la Secretaría General Iberoamericana / SEGIB. Además, tenemos que hacer la revisión exhaustiva de todo el aporte que al respecto brinda la Academia en todo el continente americano. El objetivo es determinar dónde hemos fallado para entonces comenzar el diagnóstico, rediseño y reingeniería del continente sostenible que todos queremos.

Los protocolos de mitigación de la pandemia han sido diseñando con prontitud por el sector salud evidentemente por el peligro inminente, pero simultáneamente, se han debido crear mesas intergubernamentales para crear otros protocolos urgentes como son los educativos. Es necesario saber qué vamos a hacer con nuestras generaciones que conducirán el destino del mundo en pocos años porque esta situación actual tiende a continuar.  Y enseguida ver qué hacemos con la naturaleza, la cultura y el patrimonio, en fin, con el paisaje biocultural.

Como arquitecto gestor del patrimonio en el turismo, me da temor lo que se está diciendo sobre que el turismo va a reactivarse, cuando la emergencia pase, en los espacios naturales porque hay que mantener los protocolos de salud. ¿Pero acaso están acondicionados para eso los espacios naturales? Hay una falta de acondicionamiento integral del patrimonio cultural y natural que no permite el uso efectivo. Definitivamente hemos sido bien irresponsables con el acondicionamiento integral del territorio. Para ir a los sitios donde están muchas de las comunidades que más atención requieren muchas veces no hay accesibilidad, no hay carreteras, no hay señalización, no hay transporte. Definitivamente, tenemos mucho por planificar y concretar. 

¿Cuál es mi objetivo? ¿Cuál es mi propósito? ¡Que tenemos que unirnos! Yo propongo que establezcamos un espacio territorial, que considero debe ser el espacio americano, teniendo en cuenta de que el continente no es solo el espacio cultural latino sino también el espacio cultural anglosajón pues, como dije anteriormente somos un crisol. Todos estamos, y de todo hay, en todos lados. Debemos ser amplios y crear un plan donde nos unamos todos y presentemos, en principio, lo que expresé anteriormente sobre un inventario y catalogación general de los bienes para poder reorganizar el territorio y el espacio cultural americano.

La gestión de los paisajes bioculturales representa un reto irrenunciable para los pueblos.  En ellos descansa la esencia misma de su ser y por ello se hace imprescindible su preservación.

En estos tiempos donde la cultura y el turismo se han asomado como valiosas alternativas de desarrollo sostenible, los planes, programas y acciones en los paisajes bioculturales han tenido que considerar nuevos paradigmas.

¡Este es el reto!

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